SÍNDROME DEL CUIDADOR O BURNT-OUT

SÍNDROME DE SOBRECARGA DEL CUIDADOR O BURNT-OUT

 

El Síndrome del Cuidador o Burnt-out consiste en un profundo desgaste emocional y físico que experimenta la persona que convive y cuida a un enfermo crónico incurable. El cuidador que puede sufrirlo es aquel que llega a dedicarle gran parte de su tiempo, durante un período prolongado y con estrategias pasivas e inadecuadas de resolución de problemas.

Se considera producido por el estrés continuado de tipo crónico en una lucha diaria con tareas monótonas y repetitivas, con la sensación de falta de control final sobre esta situación y que puede agotar psíquicamente al cuidador. Incluye el desarrollo  de actitudes y sentimientos negativos hacia la persona que cuida, desmotivación, depresión, angustia, fatiga y agotamiento, etc.

El agotamiento de los recursos económicos, emocionales, físicos o psíquicos son un aspecto importante en la vida diaria de la persona que se encarga de la atención de una persona dependiente. El resultado de esta situación es que el cuidador, sin quererlo, se "quema", lo que perjudica su salud y bienestar tanto físico como mental, de manera que repercute en la persona a quien quiere ayudar y en el resto de sus familiares o personas de su entorno más cercano.

¿Cuáles son los síntomas claves para pensar en que una persona pueda sufrir de Burnt-out?

  • Astenia, fatiga crónica, cansancio.
  • Aislamiento social.
  • Consumo excesivo tabaco, alcohol o café.
  • Problemas de sueño.
  • Síntomas físicos: palpitaciones, temblor de manos y molestias digestivas.
  • Déficit de memoria y dificultad para concentrarse.
  • Menor interés por actividades y personas que antes le interesaban.
  • Alteración del apetito.
  • Irascibilidad, irritabilidad.
  • Le da demasiada importancia a pequeños detalles.
  • Cambios del estado de ánimo.
  • Depresión y angustia.

 

¿Cómo actuar ante esta situación?

Es recomendable recurrir a tiempo a profesionales en psicología, para que realicen una valoración del caso en particular.

  • Respecto al cuidador: brindar los apoyos necesarios, aliviar la carga de la persona cuidadora, otorgar la tranquilidad que precisa para llevar a cabo sus actividades.
  • Respecto a la persona cuidada: mejorar la calidad de vida y la rehabilitación de la persona con problemas de dependencia, mediante las intervenciones interprofesionales adecuadas.